REFLEXIÓN:
La vida de la Virgen María está marcada por la vida de Dios, de Jesús. Ella como José así nos lo relata el Evangelio de hoy: el padre de Jesús y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Sabían que cuidaban al Hijo de Dios, con la mayor naturalidad humanas pero de hecho no pasaban desapercibida la presencia de Jesús, a tal punto que ellos mismos estaban admirados de lo que se decía de El. Y así lo estarían en el desarrollo de toda su vida.
El Profeta Simeón se encuentra con María y profetiza una verdad que haría estremecer el corazón y el alma de madre, Dios providente la iba preparando también para su Vía Crucis de Madre, Simeón al ver al niño siente un gran alivio por que la plenitud de los tiempos ha llegado y profetiza observando al niño:«Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción. Partió Jesús en dos grandes eras la historia, la era pagana y la era cristiana.
Nadie puede permanecer indiferente ante su presencia. Ese hecho mismo de ser el Salvador del mundo no sólo significaría la alegría grande que solo preparaba a la Madre de Dios para el intenso sufrimiento de Cristo en la Cruz que ayer exaltamos y besamos con devoción: ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!.
Y así fue.
Al pie de la cruz,y luego a solas de rodillas con el cuerpo inerte de Jesús, viviendo el instante eterno segundo a segundo hasta que sus brazos nuevamente envolvieron con ternura al Hijo sin vida desclavado del madero: - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones». De tu corazón también.
Hoy la Iglesia Mater et Magistra, celebra a la Virgen de los Dolores. No quedes indiferente eleva en el altar de tu corazón una oración a la madre de Dios.
A LA LUZ DE CRISTO AMIGO
COMISIÓN DE CATEQUESIS
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