martes, 22 de septiembre de 2015

"...mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».

Evangelio de hoy (Lc 8,19-21): "En aquel tiempo, se presentaron la madre y los
hermanos de Jesús donde Él estaba, pero no podían llegar hasta Él a causa de la gente. Le anunciaron: «Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte». Pero Él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».

REFLEXIÓN:

Interpela nuestro Señor Jesús con su palabra, a los que le siguen o se reputan cristianos, ¿cumples aquél mensaje que sale de la boca de Dios?.
Y sí, y tal vez no.
Muchos venimos practicando y viviendo el cristianismo, haciendolo carne cada día. Sin darnos cuenta plenamente pero las actitudes, palabras, acciones y conductas expresadas por  nosotros tiene su base en los principios cristianos puesto en la profundidad de nuestro ser, en el  mundo subconsciente.

Damos gracias a Dios por eso.

Sin embargo EL pide más; y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en El. Dios pide más y nosotros estamos aquí para dar mucho más de lo que estamos dando. Dios no se cansa de dar, tu no creas que hay parada, límite. Simplemente EL QUE NO AVANZA RETROCEDE, y como diría el mismo Jesús: "El que no junta conmigo desparrama".

Resuena las palabras de Jesucristo nuestro Señor:«Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».
¿CUMPLIMOS?
El camino de seguir a Cristo es infinito tanto como lo es el Universo mismo y la vida eterna; por tanto la perseverancia es una característica fundamental en quien espera la eternidad.
La perseverancia, la constancia. Nunca sabremos bastante, hay mucho por aprender, leer y repasar. La sabiduría clama en las calles, y nos hace falta mucha gracia para dar los frutos apostólicos que el Señor espera.
No te pares, organízate, cree y avanza: Camina.

A LA LUZ DE CRISTO AMIGO
COMISIÓN DE CATEQUESIS


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