NOVENA A CRISTO AMIGO:
SEXTO DÍA:
“-Al alzar sus ojos no vieron a nadie: solo a Jesús .”
· Meditación:
El misterio de la Transfiguración que celebramos
no sólo fue un signo y anticipo de la glorificación de Cristo, sino también de
la nuestra, pues, como nos enseña San Pablo, el Espíritu da testimonio junto
con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.
Y si somos hijos también herederos: herederos de
Dios, coherederos de Cristo; con tal que padezcamos con Él, para ser con Él
también glorificados (Rom 8, 16-17). Y añade el Apóstol: Porque estoy
convencido de que los padecimientos del tiempo presente no son comparables con
la gloria futura que se ha de manifestar en nosotros (Rom 8, 18).
Cualquier pequeño o gran sufrimiento que
padezcamos por Cristo nada es si se mide con lo que nos espera.
El Señor bendice con la Cruz, y especialmente
cuando tiene dispuesto conceder bienes muy grandes. Si en alguna ocasión nos
hace gustar con más intensidad su Cruz, es señal de que nos considera hijos
predilectos.
Pueden llegar el dolor físico, humillaciones,
fracasos, contradicciones familiares... No es el momento entonces de quedarnos
tristes, sino de acudir al Señor y experimentar su amor paternal y su consuelo.
Nunca nos faltará su ayuda para convertir esos
aparentes males en grandes bienes para nuestra alma y para toda la Iglesia. “No
se lleva ya una cruz cualquiera, se descubre la Cruz de Cristo, con el consuelo
de que se encarga el Redentor de soportar el peso” (J. Escrivá de Balaguer,
“Amigos de Dios”). Él es, Amigo inseparable, nuestro CRISTO ES AMIGO quien
lleva lo duro y lo difícil. Sin Él cualquier peso nos agobia. Y cuando
nos agobia nos dice: “Vengan a mí los que están cansados y agobiados y yo los
confortaré”.
Acostumbra a tus ojos que en toda circunstancia de la vida, al alzar los ojos solo veas a Jesús, nuestro Dios y Señor.
· La Transfiguración en el Evangelio de San Mateo: 17, 1-9
1 Seis
días después, Jesús se llevó con él a Pedro, a Santiago y a Juan su hermano, y
los condujo a un monte alto, a ellos solos. 2 Y se transfiguró ante ellos, de
modo que su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus vestidos blancos
como la luz. 3 En esto, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con él. 4
Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús:
—Señor,
qué bien estamos aquí; si quieres haré aquí tres tiendas: una para ti, otra
para Moisés y otra para Elías.
5 Todavía
estaba hablando, cuando una nube de luz los cubrió y una voz desde la nube
dijo:
—Éste es
mi Hijo, el Amado, en quien me he complacido: escuchadle.
6 Los
discípulos al oírlo cayeron de bruces llenos de temor. 7 Entonces se acercó
Jesús y los tocó y les dijo:
—Levantaos
y no tengáis miedo.
8 Al alzar
sus ojos no vieron a nadie: sólo a Jesús. 9 Mientras bajaban del monte, Jesús
les ordenó:
- No
contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre
los muertos.
· Oración:
Señor
Dios, Cordero de Dios Hijo del Padre, concédeme a ver en el sufrimiento,
contradicciones, y padecimientos el medio por el que forjas nuestras almas, de
tal forma que nos hagamos corredentores con el Hijo, misericordiosos con el
Padre y lleno de caridad con el amor del Espíritu Santo que los une.
En la
fiesta de la transfiguración permíteme ver ¿Qué quieres que haga Señor
Jesús?, ¿qué quieres tú de mí?, y concédeme responderte: Aquí estoy porque me
has llamado, dispuesto a buscar tu voluntad.
· Himno a Cristo Amigo
· Jaculatoria:
-Señor en
tus manos te encomiendo mi espíritu
-Tu
el Dios leal nos librarás.
-Te encomiendo
mi espíritu
-Gloria al
Padre al Hijo y al espíritu Santo
- En tus
manos Señor te encomiendo mi espíritu
Padre
Nuestro, Ave María, A San José y Gloria.
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