lunes, 10 de agosto de 2015

"Si alguno me sirve, el Padre le honrará

Evangelio (Jn 12,24-26): "En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad, en
verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará».

REFLEXIÓN:

El calendario litúrgico nos propone celebrar al mártir romano San Lorenzo— porque justamente su vida y su martirio nos recuerda que «existe un testimonio de coherencia que todos los cristianos deben estar dispuestos a dar cada día, incluso a costa de sufrimientos y de grandes sacrificios» (Juan Pablo II).

El relativismo moral por el contrario reduce todo tipo de principios morales y de fe cristiana, haciendo creer que el testimonio de coherencia es desfasado con la modernidad que se vive. Ahora, las nuevas generaciones sufren el ataque en su cristiandad y la religión so pretexto de modernidad; es decir, Dios resulta irrelevante para la vida del consumista a ultranza, del hedonista sin límites, de la búsqueda incesante casi fin del menor esfuerzo por que la felicidad no esta en Dios sino en lo que oferta el mercado consumista, de chatarra, hedonista que huye del esfuerzo y del deber. 

Dentro de la modernidad y de los  nuevos fenómenos a donde nos lleva la vida moderna, como el relativismo moral hemos de sacar del evangelio tan antiguo y siempre actual las rerum novarum, las buenas nuevas, que abran la fe en nuestras almas y en la de nuestros amigos.

Nunca como ahora lo que importa es el ejemplo de vida, y nunca como hoy corresponde además el apostolado de la palabra que no suple la información vertidas en las redes sociales. En el internet podemos nutrirnos de creatividad y expresar contenidos, recibirlos; pero ello nunca suple un real y concreto apostolado. Em acompañamiento y el sano consejo. 

A  mas relativismo más coherencia hemos de dar incluso a costa de nuestro propio martirio que no será de vida pero si de renunciar a muchas prevendas, comodidades y sacrificios. Si cedemos y somos cristianos incoherentes, no solo no servimos sino desparramamos. Si somos coherentes hasta el sacrificio recibiremos la honra de Dios: Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.

San Lorenzo mártir que fue coherente hasta dar su vida, nos ayude a nosotros a perderla para todo lo que sea incoherente o que se presente como tentación seductora con tal de ganar el cielo que Dios nos tiene prometida.


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